¡Hola hola! aquí os dejo el capítulo 5, lo terminé pronto, espero que os guste :3
CAPÍTULO 5
¡Claro! ¿De
qué si no? No sé cómo no se me ha
ocurrido antes. Bajo la escalera a trompicones. No sé muy bien porque estoy tan
emocionada, igual es porque tengo algo que hacer, algo que no sea mirar el
tiempo pasar, mirar por el balcón, cotillear, perder un tiempo que para mí, es
demasiado valioso.
Al cabo de
unos minutos que me parecen interminables llego al pie de la escalera y corro
por los pasillos, derrapando cada vez que se acaba uno y da comienzo otro.
Llego al
pasillo de la puerta, al que estaba deseando llegar, el último de todos. Me
acerco a ella, me meto la mano en el bolsillo y cojo temblorosa la llave, que
justo cuando la iba a esconder me la metí en el bolsillo para venir aquí, e
intentando que la mano no me tiemble, introduzco la llave dentro de la ranura
del cerrojo. Ha entrado. Antes de girarlo, empiezo a ser consciente de lo que
estoy a punto de hacer, no sé lo que me voy a encontrar ahí dentro, ni en qué
estado. Recuerdo el grito que pegó lo que había dentro cuando intenté asomarme
por la rendija. Intento tranquilizarme. Abro la puerta.
Me mareo, aquí
el olor que me llegaba tenuemente a putrefacción, por la rendija, es incluso palpable. Me lloran los ojos.
Agarro el borde de mi camisa y me lo llevo a la nariz, para intentar aplacarlo.
Vislumbro una sombra en un rincón de la celda, está temblando sobre un montón
de paja, húmeda, mohosa. A decir verdad, la habitación en sí desprende humedad,
se oyen varias goteras en distintos puntos de la sala, y la diferencia térmica
de fuera a aquí es bastante notable,
hace frío, un frío húmedo, el peor, sea lo que sea lo que tiembla, no me
extrañaría que estuviera enfermo.
Me acerco a la
figura, es un humano, un hombre, debe de tener la edad de Dane. Está temblando
tanto que casi le resulta imposible apartarse de mí, aunque lo intenta; estira
las piernas y con ayuda de las manos intenta echarse hacia atrás, pero aparte
de los temblores, parece que no tiene la fuerza necesaria para deslizarse,
aunque sea un poco. Veo una especie de antorcha en el suelo, y digo especie,
porque tiene algo raro. Justo cuando la cojo y la pongo frente a mi cara, se
enciende, sola, como por arte de magia. Extiendo la mano intentando alumbrar su
rostro.
Doy un paso
hacia atrás, es instintivo. Tengo frente a mí un chico, que, como suponía,
tiene la edad de Dane, e incluso es, más joven. Está tan delgado que su cara
asemeja una calavera, tiene los ojos grises, sin brillo, como dos pozo sin
fondo, vacíos. Pelo negro, laceo y grasiento. Me quedo horrorizada al descubrir
que ese olor a putrefacción, sale de él.
Me acerco a
él, esto hace que se asuste aún más, y mientras se intenta echar todavía más
hacia atrás se tapa la cara con ambas manos y se hace un ovillo, como si
creyera que estoy aquí para pegarle. Me agacho y le intento tranquilizar, le
paso una mano por las suyas, intentando que las aparte de la cara.
-Tranquilo- le
digo- no os voy a hacer nada, no he venido aquí para haceros daño, si no...-
paro, no sé porqué he venido, no tengo una razón concreta, solo que, cuando
pensé que la llave podría ser de aquí, me encontraba bajando las escaleras.-
¿Cómo os llamáis?- le pregunto, pero lo único que sale de su boca son gemidos y
sollozos- tranquilizaos, os prometo que no os haré ningún daño.
Dicho esto, se
quita las manos de la cara y me mira, ahora sus ojos, que ates no tenían ningún
brillo, lo tienen, brillan, con esperanza, ¿esperanza de qué? Igual piensa que
le he venido a sacar de aquí, pues se equivoca, no quiero líos, solo tenía
curiosidad, si Montu no le ve aquí cuando baje la próxima vez que lo haga y no
le ve aquí, tengo bastante claro que algo me pasará, y también tengo seguro que
lo que me pase no será bueno, para nada.
Me quedo un
rato con él, he conseguido que se clame un poco, que no me vea como una
amenaza. Miro a mi alrededor. Solo hay un montón de paja, que parece que lleva
ahí tanto como lleva construido el castillo. Una ventana con barrotes y con su
capa de polvo, apenas se ve nada, está demasiado sucia. Sigo mirando, no hay
nada más, solo está él.
-¿Cómo os
llamáis?- le digo mientras me arrodillo a su lado, mirándole a los ojos, abre
la boca, me va a contestar, todavía no me ha dicho nada
-Mar…Mar…Marmaduke-
dice con un hilo de voz algo ronco, creo que le he entendido bien, entre la
ronquera y lo bajo que lo ha dicho.- Soy ca… caba… caballero iniciado de la
Mes…. Mesa Redonda- parece que le cuesta hablar. Es normal, no sé cuanto lleva
aquí, aunque si lleva tanto como el olor indica, es normal que le cueste
hablar, también es normal que le salga la voz un poco ronca.
-¿la Mesa Redonda?-
le pregunto, es extraño- ¿Sois de Kratos?- el asiente con la cabeza.
Kratos es el
Reino principal, algo así como la capital de los Reinos de la Orden de Kaiser.
Kaiser fue el rey que unió en paz a los 8 Reinos de Nueva Cimeria: Kratos, el
principal, Enris, el más cercano a Kratos, Uziel, Epos, Cathal, Zatmeris,
Shazka e Yries. En un principio, esto reinos formaban uno solo, Cáster. Este se
dividió en 8 partes, porque el Reino fue dividido entre los 8 príncipes, hijos
de Uwain II cuando éste II murió. Los
recientes Reinos entraron en guerra para ver cuál de ellos sería el Reino
principal de Nueva Cimeria.
El rey Kaiser,
del Renio Yries, ordenó una audiencia, una reunión de los reyes de cada uno de
los 8 Reinos, para parar la guerra, así se formó la Orden de Kaiser, en la que
se dice que los 8 Reinos Cimerios estarán siempre en paz, desde entonces,
siempre ha sido así.
En Kratos (que
pasó a ser la capital, elegida por su situación geográfica) se formó un grupo
de caballeros, que serían los caballeros más importantes de cada Reino (uno por
cada Reino), se les llama Caballeros de la Mesa Redonda, porque, al nombrar a
los caballeros, estos se ponen en círculo, de rodillas, esperando a ser
elegidos. Ser caballero iniciado es complicado; hay que pasar por muchas
pruebas, se presentan muchos jóvenes caballeros con talento, solo se eligen a 5
de ellos, y el Día de la Elección, de cada Reino se queda uno.
-Debe de
haberos costado llegar a serlo- él asiente de nuevo, esta vez se nota menos.
-Sí, pero
llevo tanto aquí que seguro que he perdido mi puesto, si un iniciado
desaparece, el siguiente en la clasificación ocupa su puesto, sea cual sea la
causa de la desaparición de éste.
-¿Cuánto
lleváis aquí, Marmaduke?- le pregunto bastante curiosa, me he preguntado
bastantes veces cuánto llevará aquí.
-No lo sé con
exactitud, perdí la cuenta de los días hace ya mucho. Un año aproximadamente.
Se me
revuelven las tripas, lleva un año, o más aquí, me parece sobrehumano, de
hecho, lo es. Vivir en unas condiciones tan pésimas… no sé cómo ha aguantado.
-Y, ¿se puede
saber por qué estáis aquí?
Marmaduke me
mira de arriba abajo, extrañado, como si hubiera preguntado algo obvio y
ridículo.- Por lo mismo que vos, imagino- me dice mirándome fijamente a los
ojos.- Para que Montu pueda ser liberado.
-¿Có… cómo? ¿Qué
decís? ¿A qué os referís?- Marmaduke se queda callado, como si pensara que ha
dicho algo que no debería haber comentado. Pero yo no creo que se haya pasado
hablando. Ahora más o menos sé la verdad de porqué estoy aquí: para liberar a
Montu. ¿Liberarlo de qué? A mí me habían dicho que tenía que salvar a Epos de
Montu. Cada vez estoy más liada. ¿A quién hago caso? ¿A un loco que escribió
cosas en la pared de sus aposentos? ¿O a un caballero que lleva más de un año
encarcelado en las mazmorras del castillo de un dragón? A lo mejo la loca aquí
soy yo, eso no lo puedo demostrar.
-Y vos… ¿vos
cómo os llamáis?- me pregunta Marmaduke.
-Tara- le
contesto- Tara Kendrick.
-Bien, Tara,
¿vos sabéis para lo que estáis aquí?- me pregunta, empieza a mostrar algo de
confusión, no lo entiendo.
-Bueno… Darius,
el rey de Epos, mi… mi… mi padre- me pongo tensa al decir la palabra padre- me
dijo que Montu me perseguía, para matarme, dado que solo yo puedo liberar a
Epos de él, porque él, el último dragón del Bosque Oscuro, puede llegar a
destruir Epos.
-Y, Tara, ¿por
qué creéis que Montu querría destruir Epos?- me dice Marmaduke, intentando incorporase,
consigue sentarse después de poner algunas caras de dolor.
-Pues… no sé,
no me lo había preguntado, me enteré hace poco de eso la verdad.
Marmaduke, me
mira, algo desconcertado, parece que está pensando en algo, pero no me dice el
qué. Después me mira a mí, a la puerta y a la llave que tengo aún en la mano.
Veo que mueve la mano un poco a su espalda, pero no consigo ver que hace con
ella, lo único que oigo en un casi inaudible titileo, como cristal o algo. Después
Marmaduke sigue hablándome.
-Tara, vos…
vos, ¿vos cómo habéis entrado aquí?- dice, haciendo referencia con la mano la
celda en la que estamos, desconfiado.
-Pues, me encontré
esta llave- digo poniéndola frete a mí para que la vea bien- en el suelo, justo
enfrente de la puerta de mis “aposentos” aquí, ¿por qué lo preguntáis?- le
digo, cada vez más extrañada con su comportamiento.
-Ahhh… claro,
pues lo normal ¿no? Encontráis una llave de una celda, la más protegida de
estas mazmorras, en el suelo, justo enfrente de la puerta de vuestros aposentos,
vamos, Montu no tendría tal despiste, será un dragón, pero no es un crédulo,
como vos le hacéis quedar en vuestra historia. Ahora por favor Tara, decidme la
verdad- Marmaduke comienza a levantar un poco la voz, se ve que está
recuperando la voz, no estaba tan mal como pensaba, aunque todavía soy incapaz
de olvidarme de sus gritos de dolor antes de entrar.
Está bastante
claro que Marmaduke no me cree, ya no se fía de mí. Yo tampoco me fiaría de
alguien que me contara algo. Si se piensa sí que es sospechoso que un día de
repente entre una chica, con mis pintas, en tu celda de la mazmorra (resultando
que es la más protegida en todas las mazmorras del castillo), con la llave,
diciendo que se la encontró en el suelo. Pero es así. No se me ocurre nada que
decir. No hay nada que decir. Esa es la verdad, él no la cree, pues bueno,
estaré atenta a las consecuencias. Marmaduke continúa hablando.
-¿Para qué os
ha mandado Montu que vengáis?- dice- ¿Para qué?- me repite dado que no le he
hecho caso, ha comenzado a chillar, le chisto para que baje la voz, él no lo
sabe, pero si Montu nos oye, es posible que no veamos muchos días más. Veo como
se intenta levantar, pero tiembla tanto que le es imposible, se cae. Me agacho
para ver si está bien, parece que le ha dolido- Alejaos de mí, ya- Intenta
levantarse otra vez, esta vez lo consigue, pero veo que aún le tiemblan las
piernas ligeramente.
-Tranquilizaos,
Montu no me ha mandado, os juro que es verdad lo que os he contado, os lo juro-
le digo. Marmaduke que acerca un poco, dando unos pequeños pasitos, está
sudando. Parece que piensa en algo. Un reflejo me da en la cara, busco de qué
se trata. Cuando lo descubro, abro los ojos como platos, me pongo pálida, no me
puedo mover, no puedo continuar hablando, tratar de hacerle entrar en razón.
Ahora veo que es lo que cogió su mano izquierda, lo cogió, lo que estaba detrás
de él. En su mano izquierda tiene un trozo de cristal. Lo levanta, me lo va a
clavar. No me puedo mover. No me muevo.
nooo! pobre Tara,no tiene mucha suerte, primero la secuestran y ahora un loco la quiere matar con un pedaso de cristal... jaja
ResponderEliminarMe encanto el capitulo! me has dejado con todo la curiosidad... YA QUIERO LEER EL PROXIMO!
Un besote grande, Lucia.
Jajaja ya ves, parece que la suerte np esta de su parte xDD el proximo lo tendre pontito :) un besazo!!
ResponderEliminarHolaa Elena, me pase y me he leido casi todos me faltan en 5 y el 6 :) pero me les leere, es una historia tuya o existe ya un libro y tu lo cuentas desde el punto de vista de Tara? Que me encanta y eso un besoo :)
ResponderEliminarHola :) el 6 todavia nu esta, intentare subirlo en cuanto antes, pero estoy de exmanees... la historia es 100% (alguna ayuda de amigos o algo) me alegro que te encante :D un besazop
Eliminar