martes, 6 de noviembre de 2012

CAPÍTULO 5

¡Hola hola! aquí os dejo el capítulo 5, lo terminé pronto, espero que os guste :3
 
CAPÍTULO 5






¡Claro! ¿De qué si no?  No sé cómo no se me ha ocurrido antes. Bajo la escalera a trompicones. No sé muy bien porque estoy tan emocionada, igual es porque tengo algo que hacer, algo que no sea mirar el tiempo pasar, mirar por el balcón, cotillear, perder un tiempo que para mí, es demasiado valioso.

Al cabo de unos minutos que me parecen interminables llego al pie de la escalera y corro por los pasillos, derrapando cada vez que se acaba uno y da comienzo otro.

Llego al pasillo de la puerta, al que estaba deseando llegar, el último de todos. Me acerco a ella, me meto la mano en el bolsillo y cojo temblorosa la llave, que justo cuando la iba a esconder me la metí en el bolsillo para venir aquí, e intentando que la mano no me tiemble, introduzco la llave dentro de la ranura del cerrojo. Ha entrado. Antes de girarlo, empiezo a ser consciente de lo que estoy a punto de hacer, no sé lo que me voy a encontrar ahí dentro, ni en qué estado. Recuerdo el grito que pegó lo que había dentro cuando intenté asomarme por la rendija. Intento tranquilizarme. Abro la puerta.

Me mareo, aquí el olor que me llegaba tenuemente a putrefacción, por la rendija,  es incluso palpable. Me lloran los ojos. Agarro el borde de mi camisa y me lo llevo a la nariz, para intentar aplacarlo. Vislumbro una sombra en un rincón de la celda, está temblando sobre un montón de paja, húmeda, mohosa. A decir verdad, la habitación en sí desprende humedad, se oyen varias goteras en distintos puntos de la sala, y la diferencia térmica de fuera a aquí  es bastante notable, hace frío, un frío húmedo, el peor, sea lo que sea lo que tiembla, no me extrañaría que estuviera enfermo.

Me acerco a la figura, es un humano, un hombre, debe de tener la edad de Dane. Está temblando tanto que casi le resulta imposible apartarse de mí, aunque lo intenta; estira las piernas y con ayuda de las manos intenta echarse hacia atrás, pero aparte de los temblores, parece que no tiene la fuerza necesaria para deslizarse, aunque sea un poco. Veo una especie de antorcha en el suelo, y digo especie, porque tiene algo raro. Justo cuando la cojo y la pongo frente a mi cara, se enciende, sola, como por arte de magia. Extiendo la mano intentando alumbrar su rostro.

Doy un paso hacia atrás, es instintivo. Tengo frente a mí un chico, que, como suponía, tiene la edad de Dane, e incluso es, más joven. Está tan delgado que su cara asemeja una calavera, tiene los ojos grises, sin brillo, como dos pozo sin fondo, vacíos. Pelo negro, laceo y grasiento. Me quedo horrorizada al descubrir que ese olor a putrefacción, sale de él.

Me acerco a él, esto hace que se asuste aún más, y mientras se intenta echar todavía más hacia atrás se tapa la cara con ambas manos y se hace un ovillo, como si creyera que estoy aquí para pegarle. Me agacho y le intento tranquilizar, le paso una mano por las suyas, intentando que las aparte de la cara.

-Tranquilo- le digo- no os voy a hacer nada, no he venido aquí para haceros daño, si no...- paro, no sé porqué he venido, no tengo una razón concreta, solo que, cuando pensé que la llave podría ser de aquí, me encontraba bajando las escaleras.- ¿Cómo os llamáis?- le pregunto, pero lo único que sale de su boca son gemidos y sollozos- tranquilizaos, os prometo que no os haré ningún daño.

Dicho esto, se quita las manos de la cara y me mira, ahora sus ojos, que ates no tenían ningún brillo, lo tienen, brillan, con esperanza, ¿esperanza de qué? Igual piensa que le he venido a sacar de aquí, pues se equivoca, no quiero líos, solo tenía curiosidad, si Montu no le ve aquí cuando baje la próxima vez que lo haga y no le ve aquí, tengo bastante claro que algo me pasará, y también tengo seguro que lo que me pase no será bueno, para nada.

Me quedo un rato con él, he conseguido que se clame un poco, que no me vea como una amenaza. Miro a mi alrededor. Solo hay un montón de paja, que parece que lleva ahí tanto como lleva construido el castillo. Una ventana con barrotes y con su capa de polvo, apenas se ve nada, está demasiado sucia. Sigo mirando, no hay nada más, solo está él.

-¿Cómo os llamáis?- le digo mientras me arrodillo a su lado, mirándole a los ojos, abre la boca, me va a contestar, todavía no me ha dicho nada

-Mar…Mar…Marmaduke- dice con un hilo de voz algo ronco, creo que le he entendido bien, entre la ronquera y lo bajo que lo ha dicho.- Soy ca… caba… caballero iniciado de la Mes…. Mesa Redonda- parece que le cuesta hablar. Es normal, no sé cuanto lleva aquí, aunque si lleva tanto como el olor indica, es normal que le cueste hablar, también es normal que le salga la voz un poco ronca.

-¿la Mesa Redonda?- le pregunto, es extraño- ¿Sois de Kratos?- el asiente con la cabeza.

Kratos es el Reino principal, algo así como la capital de los Reinos de la Orden de Kaiser. Kaiser fue el rey que unió en paz a los 8 Reinos de Nueva Cimeria: Kratos, el principal, Enris, el más cercano a Kratos, Uziel, Epos, Cathal, Zatmeris, Shazka e Yries. En un principio, esto reinos formaban uno solo, Cáster. Este se dividió en 8 partes, porque el Reino fue dividido entre los 8 príncipes, hijos de Uwain II cuando éste  II murió. Los recientes Reinos entraron en guerra para ver cuál de ellos sería el Reino principal de Nueva Cimeria.

El rey Kaiser, del Renio Yries, ordenó una audiencia, una reunión de los reyes de cada uno de los 8 Reinos, para parar la guerra, así se formó la Orden de Kaiser, en la que se dice que los 8 Reinos Cimerios estarán siempre en paz, desde entonces, siempre ha sido así.

En Kratos (que pasó a ser la capital, elegida por su situación geográfica) se formó un grupo de caballeros, que serían los caballeros más importantes de cada Reino (uno por cada Reino), se les llama Caballeros de la Mesa Redonda, porque, al nombrar a los caballeros, estos se ponen en círculo, de rodillas, esperando a ser elegidos. Ser caballero iniciado es complicado; hay que pasar por muchas pruebas, se presentan muchos jóvenes caballeros con talento, solo se eligen a 5 de ellos, y el Día de la Elección, de cada Reino se queda uno.

-Debe de haberos costado llegar a serlo- él asiente de nuevo, esta vez se nota menos.

-Sí, pero llevo tanto aquí que seguro que he perdido mi puesto, si un iniciado desaparece, el siguiente en la clasificación ocupa su puesto, sea cual sea la causa de la desaparición de éste.

-¿Cuánto lleváis aquí, Marmaduke?- le pregunto bastante curiosa, me he preguntado bastantes veces cuánto llevará aquí.

-No lo sé con exactitud, perdí la cuenta de los días hace ya mucho. Un año aproximadamente.

Se me revuelven las tripas, lleva un año, o más aquí, me parece sobrehumano, de hecho, lo es. Vivir en unas condiciones tan pésimas… no sé cómo ha aguantado.

-Y, ¿se puede saber por qué estáis aquí?

Marmaduke me mira de arriba abajo, extrañado, como si hubiera preguntado algo obvio y ridículo.- Por lo mismo que vos, imagino- me dice mirándome fijamente a los ojos.- Para que Montu pueda ser liberado.

-¿Có… cómo? ¿Qué decís? ¿A qué os referís?- Marmaduke se queda callado, como si pensara que ha dicho algo que no debería haber comentado. Pero yo no creo que se haya pasado hablando. Ahora más o menos sé la verdad de porqué estoy aquí: para liberar a Montu. ¿Liberarlo de qué? A mí me habían dicho que tenía que salvar a Epos de Montu. Cada vez estoy más liada. ¿A quién hago caso? ¿A un loco que escribió cosas en la pared de sus aposentos? ¿O a un caballero que lleva más de un año encarcelado en las mazmorras del castillo de un dragón? A lo mejo la loca aquí soy yo, eso no lo puedo demostrar.

-Y vos… ¿vos cómo os llamáis?- me pregunta Marmaduke.

-Tara- le contesto- Tara Kendrick.

-Bien, Tara, ¿vos sabéis para lo que estáis aquí?- me pregunta, empieza a mostrar algo de confusión, no lo entiendo.

-Bueno… Darius, el rey de Epos, mi… mi… mi padre- me pongo tensa al decir la palabra padre- me dijo que Montu me perseguía, para matarme, dado que solo yo puedo liberar a Epos de él, porque él, el último dragón del Bosque Oscuro, puede llegar a destruir Epos.

-Y, Tara, ¿por qué creéis que Montu querría destruir Epos?- me dice Marmaduke, intentando incorporase, consigue sentarse después de poner algunas caras de dolor.

-Pues… no sé, no me lo había preguntado, me enteré hace poco de eso la verdad.

Marmaduke, me mira, algo desconcertado, parece que está pensando en algo, pero no me dice el qué. Después me mira a mí, a la puerta y a la llave que tengo aún en la mano. Veo que mueve la mano un poco a su espalda, pero no consigo ver que hace con ella, lo único que oigo en un casi inaudible titileo, como cristal o algo. Después Marmaduke sigue hablándome.

-Tara, vos… vos, ¿vos cómo habéis entrado aquí?- dice, haciendo referencia con la mano la celda en la que estamos, desconfiado.

-Pues, me encontré esta llave- digo poniéndola frete a mí para que la vea bien- en el suelo, justo enfrente de la puerta de mis “aposentos” aquí, ¿por qué lo preguntáis?- le digo, cada vez más extrañada con su comportamiento.

-Ahhh… claro, pues lo normal ¿no? Encontráis una llave de una celda, la más protegida de estas mazmorras, en el suelo, justo enfrente de la puerta de vuestros aposentos, vamos, Montu no tendría tal despiste, será un dragón, pero no es un crédulo, como vos le hacéis quedar en vuestra historia. Ahora por favor Tara, decidme la verdad- Marmaduke comienza a levantar un poco la voz, se ve que está recuperando la voz, no estaba tan mal como pensaba, aunque todavía soy incapaz de olvidarme de sus gritos de dolor antes de entrar.

Está bastante claro que Marmaduke no me cree, ya no se fía de mí. Yo tampoco me fiaría de alguien que me contara algo. Si se piensa sí que es sospechoso que un día de repente entre una chica, con mis pintas, en tu celda de la mazmorra (resultando que es la más protegida en todas las mazmorras del castillo), con la llave, diciendo que se la encontró en el suelo. Pero es así. No se me ocurre nada que decir. No hay nada que decir. Esa es la verdad, él no la cree, pues bueno, estaré atenta a las consecuencias. Marmaduke continúa hablando.

-¿Para qué os ha mandado Montu que vengáis?- dice- ¿Para qué?- me repite dado que no le he hecho caso, ha comenzado a chillar, le chisto para que baje la voz, él no lo sabe, pero si Montu nos oye, es posible que no veamos muchos días más. Veo como se intenta levantar, pero tiembla tanto que le es imposible, se cae. Me agacho para ver si está bien, parece que le ha dolido- Alejaos de mí, ya- Intenta levantarse otra vez, esta vez lo consigue, pero veo que aún le tiemblan las piernas ligeramente.

-Tranquilizaos, Montu no me ha mandado, os juro que es verdad lo que os he contado, os lo juro- le digo. Marmaduke que acerca un poco, dando unos pequeños pasitos, está sudando. Parece que piensa en algo. Un reflejo me da en la cara, busco de qué se trata. Cuando lo descubro, abro los ojos como platos, me pongo pálida, no me puedo mover, no puedo continuar hablando, tratar de hacerle entrar en razón. Ahora veo que es lo que cogió su mano izquierda, lo cogió, lo que estaba detrás de él. En su mano izquierda tiene un trozo de cristal. Lo levanta, me lo va a clavar. No me puedo mover. No me muevo.

4 comentarios:

  1. nooo! pobre Tara,no tiene mucha suerte, primero la secuestran y ahora un loco la quiere matar con un pedaso de cristal... jaja
    Me encanto el capitulo! me has dejado con todo la curiosidad... YA QUIERO LEER EL PROXIMO!
    Un besote grande, Lucia.

    ResponderEliminar
  2. Jajaja ya ves, parece que la suerte np esta de su parte xDD el proximo lo tendre pontito :) un besazo!!

    ResponderEliminar
  3. Holaa Elena, me pase y me he leido casi todos me faltan en 5 y el 6 :) pero me les leere, es una historia tuya o existe ya un libro y tu lo cuentas desde el punto de vista de Tara? Que me encanta y eso un besoo :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola :) el 6 todavia nu esta, intentare subirlo en cuanto antes, pero estoy de exmanees... la historia es 100% (alguna ayuda de amigos o algo) me alegro que te encante :D un besazop

      Eliminar