Hola hola!!! bueno aquí mismo os dejo el capítulo 3 :D espero que os guste, igual es algo más aburrido, pero a partir de aquí comienza todo, ya vereis, bueno a leer:
CAPITULO 3
Me quedo un
rato paralizada y sin saber muy bien qué hacer, pero vuelvo en mí y veo que el
dragón me está mirando y parece que se va a lanzar para atraparme en cualquier
momento. Pienso en como narices voy a escapar, si salgo corriendo... vamos
descartado ese dragón es enorme y yo diminuta en comparación. Justo en ese
momento siento la respiración de Yinx, está justo a mi lado, no me lo pienso
dos veces ya que seguro que no tengo el lujo de estar aquí parada mucho más,
además creo que el dragón ya se ha dado cuanta de mis intenciones, y cuando me
monto sobre Yinx ágilmente veo como Montu se abalanza sobre nosotros. Cojo de
las riendas a Yinx y de un fuerte tirón le doy la vuelta a la vez que le doy un
buen golpe con los estribos sobre su vientre, esto hace que salga disparado.
Corremos por el bosque bastante rápido, parece que nos vamos a dar con todos
los árboles pero Yinx los esquiva con mucha facilidad, creo que vamos en la
dirección correcta para llegar al castillo...
De vez en
cuando me doy la vuelta para ver si Montu nos alcanza, y al principio nos pilla
los talones, cada vez que miro está más cerca, y en el momento que creo que ya
nos coge, se para en seco, y se queda allí, sentado, en medio del bosque
observando cómo nos alejamos, yo me sigo dando la vuelta, pero llega un momento
en el que no le veo nada, y ya respiro más tranquila, pero sin bajar la guardia.
Yinx sigue
corriendo durante unos 20 minutos cuando
por fin llegamos a una parte del bosque que conozco, aunque seguimos bastante
lejos de Avenia, y el tiempo que voy a tardar en llegar, calculo que otros 20 o
15 minutos, hay que sumarle todo lo que me ha llevado llegar hasta el arroyo
donde me paré a descansar, el tiempo que estuve durmiendo (que no tengo claro
cuánto fue) y el terrible encontronazo con el dragón, Montu. Ah y bueno estos
20 minutos de huida, vamos que cuando llegue a palacio me va a caer una buena,
y claro esto si no llego antes del anochecer, y a juzgar por el Sol y lo que
calculo que voy a tardar apostaría a que llegare algo entrada la noche.
Cuando por fin llego al castillo, no veo
ninguna señal de que haya alguien despierto. Voy al establo, le quito la silla
y las bridas a Yinx, cierro la puerta de su compartimento y me voy de allí. Una
vez en los pasillos del castillo me quito los zapatos para hacer menos ruido,
como esto es tan espacioso, cualquier pisada hace bastante eco, voy andando
rápido, pero de puntillas, subo los escalones también de puntillas por lo que
estoy a punto de caerme más de una vez. Cuando ya he llegado a mis aposentos,
abro la puerta despacio, aunque algún crujido se le escapa, entro, cierro la
puerta igual de despacio. Cuando creo que ya está todo, una voz hace que me de
la vuelta de un salto con el corazón a punto de salirse de mi pecho.
-¿Ya llegáis
Tara?- dice un Darius bastante furioso.
-Ehh...si...bueno...yo...-no
sé ni cómo empezar a explicar el porqué de mi tardanza.
-Venga Tara
espero una explicación, y una buena, porque os dije que no tardarais, ¡ya es de
noche!- dice comenzando a gritar.
-Tengo una
explicación...pero...-No sé si decirle lo del dragón hasta que recuerdo que él
lo sabe todo y que tendrá que creerme- Ah sí, estaba paseando me alejé un poco
de por donde suelo ir, y ¿a qué no sabes a quien me encontré?- le digo
mirándole fijamente a los ojos, la cara de Darius muestra una clara confusión.
-¿A quién
Tara? ¿A quién os encontrasteis?- dice un poco curioso.
.Bueno, a un
dragón- mi padre abre los ojos como platos- concretamente a uno llamado Montu,
Darius- Mi padre está claramente alarmado, da unos pasos hacia atrás y se
sienta lentamente en la cama, yo sigo- Ya, Darius, me ha explicado algunas
cosas, como que vos lo sabéis, y que hay una extraña profecía que hizo Gorger,
¡nuestro galeno!, ¿me puedes explicar que está pasando?, ¿porqué no me dijisteis
nada?-como veo que no me contesta, solo abre la boca en un amago de hacerlo,
pero no lo hace- ¿me vais a contestar? yo creo que debería saberlo ya que ¡en
esa profecía salgo yo!- le digo gritándole en esta última parte.
-Vale Tara,
tranquilizaos-dice moviendo las manos adelante y atrás para que deje de gritar,
luego me hace un gesto con la cabeza indicándome que me siente- A ver, por
donde puedo comenzar...-Piensa un rato cuando por fin continúa su explicación-
Gorger, nuestro galeno, se volvió medio loco cuando se hizo viejo, y en sus
aposentos comenzó a grabar con carboncillos o cualquier cosa que pudiera
utilizar para grabar sobre la piedra, palabras, frases, versos, y en una de
esas frases, más bien algo parecido a un poema, puso: Profecía como título, y menciona que una de las futuras princesas de
Epos, una llamada Tara, con el cabello dorando, recogido en una trenza y
vestida como un hombre, -me mira de arriba abajo- como vos, al cumplir los 15
deberá enfrentarse a uno de los mayores peligros a los que se ha enfrentado
jamás este Reino. Deberá buscar y encontrar al último de los dragones que quede
en el Bosque Oscuro y acabar con él, si no este dragón causará terribles males
sobre Epos. Eso es lo que hemos deducido que pone, ya que es más bien como una
adivinanza, y creemos que es lo que pone, aunque todavía hay un verso de esta
profecía que nos tiene a todos extrañado, no sabemos qué es lo que puede tener.
-Y ¿puedo ver
yo esa profecía?- le digo-igual yo puedo decir que es lo que quieren decir esos
versos- le digo, aunque lo que de verdad quiero es verla, y demostrarme a mí
misma que lo que está diciendo Darius es verdad, no me puedo creer que tenga
que ser yo la que tenga librar al reino de este Montu, otra duda me viene a la
mente- Oye Darius, si sabíais que tendría que ser una princesa llamada Tara, ¿porqué
madre y tú me pusisteis ese nombre?- si se piensa no tiene mucho sentido...
-Tu madre y yo
no teníamos ni idea de esa profecía, de hecho nadie del reino sabía de ella
hasta un año después de vuestro nacimiento. Y además del nombre el resto de lo
que dice la profecía... vos sois esa princesa Tara, vuestro cabello es dorado,
y lo lleváis en una trenza, y bueno vestís como un hombre- bueno... eso es
porque es mas cómodo que los vestidos que llevan las mujeres de por aquí...-
Tara...sois vos.
-Ya, tenéis
razón-me quedo pensativa y le digo- ¿es por esto por lo que últimamente
estabais más pendiente de mí?- él asiente, ya decía yo que estaba raro.
-Bueno Tara
ahora tenéis que dormir un poco, mañana si queréis podemos ir a los aposentos
de Gorger para que veáis la profecía- yo le asiento y me meto en la cama Buenas
noches Tara.
-Buenas noches
Darius- cierro los ojos, y como estoy agotada por este día tan movidito, me
duermo enseguida.
Me despierto,
pero no por mi propio pie, alguien está zarandeándome el hombro, es mi madre,
mi madre... ¡MI MADRE!, es imposible, perpleja me froto los ojos y miro de
nuevo, no hay nadie estoy completamente sola en mis aposentos... pero esa
imagen parecía tan real... parecía que ella estaba aquí conmigo, despertándome,
lista para dar un paseo...
Bajo las
escaleras, entro en la cocina y me siento en una de las sillas, miro el frutero
pensando en qué fruta coger y me decanto por la naranja que hay arriba del
todo, me arrimo a la mesa y comienzo a pelar la naranja mientras pienso en la
conversación que tuve ayer con Darius.
Termino de
comer y salgo fuera, necesito tomar el aire, sin darme cuenta estoy en la
entrada del establo. Entro. Saco a Yinx de su compartimento, lo peino y le
limpio las herraduras, tendría que haberlo hecho hace bastante pero se ve que
se me pasó. Al terminar de acicalarle, miro su silla, me apetece dar un paseo,
no sé si debería. De repente oigo un carraspeo detrás de mí, es Darius, me está
mirando fijamente siguiendo mis movimientos, creo que lleva un rato y sabe que
mi intención ahora es dar un paseíllo. Nos estamos mirando un rato más hasta
que él rompe el silencio.
-Si quieres
esta vez vamos juntos-dice señalando a Yinx y a la silla.
-Y… ¿si
prefiero ir sola?-le digo, no le tengo tanto rencor, pero me sigue gustando ir
sola.
-Tara esta vez
iréis conmigo- Dicho esto no hablamos más, cada uno prepara sus cosas y salimos
sobre nuestros caballos. Él tiene una yegua, blanca con puntas negras, se llama
Yerka. Comenzamos a caminar en silencio, nadie comenta nada, nos metemos por mi
camino de entrada al bosque y después de andar como 20 minutos nos paramos a
beber un poco de agua, yo también me como una manzana y le doy otra a Yinx
mientras miro el acantilado que tenemos delante. Después de un rato mirando
Darius dice que si quiere que nos quedemos o si continuamos ya con el paseo.
Decido que sigamos, este acantilado lo veo siempre, no es nada nuevo que se merezca
que esté aquí mucho más.
Caminamos
bastante tiempo, pero como no tengo que preocuparme por llegar pronto no me
importa el tiempo que estemos, además está resultando un paseo agradable,
ninguno habla, me siento como si estuviera sola, solo tengo a Darius abriendo
la marcha, son decirme nada, solo va montado en su caballo mirando un poco a su alrededor, imagino que porque no suele
pasear por aquí e igual le resulta nuevo, lo que yo hago es mirarle, hace mucho
que no hablaba con él como hablé ayer, se e hace extraño. Darius me dijo que
hoy podría ver sus aposentos para ver la profecía, será esta tarde, me tengo
que preparar, no creo que me guste comprobar que todo lo que me dijo era
cierto...
Estoy en mis
pensamientos sobre la profecía cuando oigo un ruido detrás de mí, Darius no
parece haberlo oído, o igual ha pensado que lo hico yo, pero se oye otro, más
fuerte, y este sí que lo alarma. Nos paramos, y al mirar hacia atrás vemos lo
que yo vi ayer, dos puntos verdes que esconden una criatura inmensa detrás de
ellos, solo se le ven los ojos. Yo susurro con un hilillo de voz -Montu...-
pero Darius lo ha alcanzado a oírme y ay
entiende a quien pertenecen esos ojos verdosos, por lo que se coloca frente a
mí, con ademán protector. Montu sale, le mira y se carcajea del gesto de Darius,
sabe que no sirve de nada frente a él.
-Vengo a por
vos Tara, y esta vez no os dejaré escapar, imagino que ya sabréis lo de la
profecía en la que Montu os lleva con él ¿no es así?- dice mirándome con esos
ojos verdes, he de reconocer que me suenan de algo, pero no acertaría al decir
el qué, y creo que a lo que se refiere, es a que me dejó escapar para que me
enterara de lo que me enteré ayer...- Sí, se lo que ronda vuestra cabeza en
estos instantes, y ahora que sabes lo que te depara el futuro, repito, vengo a
por vos.- Dicho esto el dragón se abalanzó sobre mí, Darius intentó detenerle y
alzó su espada, no sabía que la había traído pero ha estado muy acertado, y se
la intentó clavar en el pecho a Montu, no lo consiguió, pero sí que le hirió en
un costado, haciendo que suelte un fuerte rugido.
Lo siguiente
pasa muy rápido, recuerdo que Montu me agarró con sus enormes garras por los
brazos y me arrancó de mi silla en Yinx, me recuerdo colgada de los brazos, retorciéndome
mientras estuviera cerca del suelo, y Darius gritando mi nombre, impotente por
no poder hacer nada frente a la situación. El vuelo se me hace muy corto y en
seguida diviso a lo lejos un castillo algo viejo, de fachada gris y con algunas
partes derruidas, parece bastante antiguo, y se ve que no vive nadie, bueno nadie
salvo Montu, porque parece que es allí a donde nos dirigimos.
Una vez
estamos encima del viejo castillo, Montu desciende y me deja en el centro de un
patio, parece el central del castillo, después comienza a hablarme:
-Bueno, ya hemos llegado, no os molestéis en intentar
escapar, sería un esfuerzo inútil, pero si queréis... a Montu le da lo mismo-
dice Montu dándose la vuelta, metiéndose en el castillo y perdiéndose entre el laberinto
de pasillos y la oscuridad.
Me gusto el capitulo, aunque para ser un dragón rapta princesas es bastante despreocupado, jajaja me da mucha risa cuando habla de si mismo como si fuera otro persona, es muy cómico :)
ResponderEliminarya quiero leer el próximo capitulo!
Un besote grande, Lucia.
jajaja si bueno, ya se verá :) sí jeje muchaas gracias :D lo tendré prontito
Eliminar